FRONTAL

En este Nissan Almera N16 del 2001, a los que sumamos temporadas y dedos pelados de pasar hojas de revistas, nos recuerda a un mítico, el Opel Astra diablo de Mlin, ya que al igual que se adapta ahora frontales de coches de serie o inmensas calandras de Audi, se imponían aquel entonces estas calandras de grandes rejillas, ¿anticuado?, no, En absoluto lo es, a día de hoy original, su voluminosidad, unión perfecta de apertura desde el capó alargado hasta la parte inferior de la defensa, siendo esta específica para VW Golf 5, con anitineblas incluidos, modificada artesanalmente para el modelo japonés, con su correspondiente modificación de líneas. La aportación de las ópticas nuevas, de dicho modelo con carcasa de fondo negro, le conceden una mirada espectacular sin recurrir al estilo de ópticas angelicales y de día.

De extrema limpieza, con alisamiento y sensación «clean» máxime tras eliminar molduras, alisar manetas, vierte aguas del techo, eliminación de intermitencia en laterales. A ello se suma la línea impoluta de la talonera artesanal en chapa, unida en una sola con las aletas, sobredimensionadas para circular en consonancia con la planta impuesta en los más que remarcados y sobredimensionados pasos de rueda, siendo estos de 5 cm por lateral en formas tipo DTM.

Las llantas Alba de 17″ cromadas, con gomas 215/40, se alinean a ras gracias al desplazamiento hacia el exterior, infundido por los separadores doble centraje Braid de 5 cm, contrastando al igual que el tapón tipo aviación universal cromado, de Sparco, con el verde oliva mate aplicado en la carrocería. Hallamos más contrastes, como es observar descender a ras de firme, todo el conjunto gracias a la suspensión neumática por ejes Sweet Style, con mando inalámbrico símil al de la play, mientras las puertas levantan vuelo gracias a las bisagras de apertura vertical.

La zaga presenta alisamiento de portón con su correspondiente bajada de matrícula a la defensa, escoltado por pilotos Lexus de fondo cristalino, para mayor contraste, llegando a la defensa artesanal del Golf RS32 con sus líneas modificadas, alojando a ambos lados sendas bocas del final del escape.

Conjuga tonos cálidos y señoriales, en perfecto contraste con el exterior, alternando en paneles, asientos, montantes y techo, el tapizado en piel de cocodrilo y serpiente, sumándose los plásticos pintados en tonos ocres.

Los accesorios como reposapiés, pedales, pomo, freno de mano y el extraíble volante corren a cargo de la prestigiosa marca Isotta.

Sobre el pilar izquierdo porta lectores, donde ubican los manómetros del sistema neumático de suspensión.

 EL TUNING ES BELLEZA